Salmos 39:1
El carácter transitorio de la vida
Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua: Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío fuere contra mí.
Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua: Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío fuere contra mí.
Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno; Y se agravó mi dolor.
Se enardeció mi corazón dentro de mí; En mi meditación se encendió fuego, Y así proferí con mi lengua:
Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy.
He aquí diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti: Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah.)
Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza en ti está.
Líbrame de todas mis rebeliones; No me pongas por escarnio del insensato.
Enmudecí, no abrí mi boca; Porque tú lo hiciste.
Quita de sobre mí tu plaga; Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
Con castigos por el pecado corriges al hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él; Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah
Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor: No calles a mis lágrimas; Porque peregrino soy para contigo, Y advenedizo, como todos mis padres.
Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca.