Salmos 83:1
Plegaria pidiendo la destrucción de los enemigos de Israel
Oh Dios no tengas silencio: No calles, oh Dios, ni te estés quieto.
Oh Dios no tengas silencio: No calles, oh Dios, ni te estés quieto.
Porque he aquí que braman tus enemigos; Y tus aborrecedores han alzado cabeza.
Sobre tu pueblo han consultado astuta y secretamente, Y han entrado en consejo contra tus escondidos.
Han dicho: Venid, y cortémoslos de ser pueblo, Y no haya más memoria del nombre de Israel.
Por esto han conspirado de corazón a una, Contra ti han hecho liga;
Los pabellones de los Idumeos y de los Ismaelitas, Moab y los Agarenos;
Gebal, y Amón, y Amalec; Los Filisteos con los habitadores de Tiro.
También el Assur se ha juntado con ellos: Son por brazo a los hijos de Lot. Selah.)
Hazles como a Madián; Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;
Que perecieron en Endor, Fueron hechos muladar de la tierra.
Pon a ellos y a sus capitanes como a Oreb y como a Zeeb; Y como a Zeba y como a Zalmunna, a todos sus príncipes;
Que han dicho: Heredemos para nosotros Las moradas de Dios.
Dios mío, ponlos como a torbellinos; Como a hojarascas delante del viento.
Como fuego que quema el monte, Como llama que abrasa las breñas.
Persíguelos así con tu tempestad, Y asómbralos con tu torbellino.
Llena sus rostros de vergüenza; Y busquen tu nombre, oh Jehová.
Sean afrentados y turbados para siempre; Y sean deshonrados, y perezcan.
Y conozcan que tu nombre es JEHOVA; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra.