Salmos 5:1
Plegaria pidiendo protección
Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera la meditación mía.
Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera la meditación mía.
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.
Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré a ti, y esperaré.
Porque tú no eres un Dios que ame la maldad: El malo no habitará junto a ti.
No estarán los insensatos delante de tus ojos: Aborreces a todos los que obran iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira: Al hombre de sangres y de engaño abominará Jehová.
Y yo en la multitud de tu misericordia entraré en tu casa: Adoraré hacia el templo de tu santidad en tu temor.
Guíame, Jehová, en tu justicia a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino.
Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjas.
Desbarátalos, oh Dios; Caigan de sus consejos: Por la multitud de sus rebeliones échalos, Porque se rebelaron contra ti.
Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre.
Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Lo cercarás de benevolencia como con un escudo.