Éxodo 15:1
Cántico de Moisés y de María
Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente, Echando en la mar al caballo y al que en él subía.
Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente, Echando en la mar al caballo y al que en él subía.
Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.
Jehová, varón de guerra; Jehová es su nombre.
Los carros de Faraón y a su ejército echó en la mar; Y sus escogidos príncipes fueron hundidos en el mar Bermejo.
Los abismos los cubrieron; Como piedra descendieron a los profundos.
Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en fortaleza; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo.
Y con la grandeza de tu poder has trastornado a los que se levantaron contra ti: Enviaste tu furor; los tragó como a hojarasca.
Con el soplo de tus narices se amontonaron las aguas; Paráronse las corrientes como en un montón; Los abismos se cuajaron en medio de la mar.
El enemigo dijo: Perseguiré, prenderé, repartiré despojos; Mi alma se henchirá de ellos; Sacaré mi espada, destruirlos ha mi mano.
Soplaste con tu viento, cubriólos la mar: Hundiéronse como plomo en las impetuosas aguas.
¿Quién como tú, Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en loores, hacedor de maravillas?
Extendiste tu diestra; La tierra los tragó.
Condujiste en tu misericordia a este pueblo, al cual salvaste; Llevástelo con tu fortaleza a la habitación de tu santuario.
Oiránlo los pueblos, y temblarán; Apoderarse ha dolor de los moradores de Palestina.
Entonces los príncipes de Edom se turbarán; A los robustos de Moab los ocupará temblor; Abatirse han todos los moradores de Canaán.
Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has aparejado, oh Jehová; En el santuario del Señor, que han afirmado tus manos.
Jehová reinará por los siglos de los siglos.
Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de a caballo en la mar, y Jehová volvió a traer las aguas de la mar sobre ellos; mas los hijos de Israel fueron en seco por medio de la mar.
Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.
Y María les respondía: Cantad a Jehová; porque en extremo se ha engrandecido, Echando en la mar al caballo, y al que en él subía.
E hizo Moisés que partiese Israel del mar Bermejo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.
Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
Y Moisés clamó a Jehová; y Jehová le mostró un árbol, el cual metídolo que hubo dentro de las aguas, las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;
Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los Egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu Sanador.
Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmas; y asentaron allí junto a las aguas.