1 Pedro 5:5
Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia;
Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportando los unos a los otros en amor;
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos a los otros:
El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría: Y delante de la honra está la humildad.
Riquezas, y honra, y vida, Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
Y en tu gloria sé prosperado: Cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad, y de justicia; Y tu diestra te enseñará cosas terribles.
Mas él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.
Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia.
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra: Mas con los humildes es la sabiduría.
Mejor es humillar el espíritu con los humildes Que repartir despojos con los soberbios.
Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera.
Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; Hermoseará a los humildes con la salvación.
Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos a los humildes. No seáis sabios en vuestra opinión.
Humillaos delante del Señor, y él os ensalzará.
Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
Entonces sentándose, llamó a los doce, y les dice: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.