Salmos 42
Libro: Salmos
MI ALMA TIENE SED DE DIOS
3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
6 Dios mío, mi alma está abatida en mí;
Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
8 De día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su canción será conmigo, Y oración al Dios de mi vida.
9 Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
10 Mientras se están quebrantando mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?