Salmos 22
Libro: Salmos
UN GRITO DE ANGUSTIA Y UN CANTO DE ALABANZA
1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
9 Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
14 Heme escurrido como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron: Mi corazón fue como cera, Desliéndose en medio de mis entrañas.
15 Secóse como un tiesto mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar; Y me has puesto en el polvo de la muerte.
16 Porque perros me han rodeado, Hame cercado cuadrilla de malignos: Horadaron mis manos y mis pies.
23 Los que teméis a Jehová, alabadle; Glorificadle, simiente toda de Jacob; Y temed de él, vosotros, simiente toda de Israel.
24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido,
Ni de él escondió su rostro;
Sino que cuando clamó a él, le oyó.
26 Comerán los pobres, y serán saciados: Alabarán a Jehová los que le buscan: Vivirá vuestro corazón para siempre.
27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra,
Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.